La falta de coordinación entre los guías penitenciarios y la Policía Nacional, y las implicaciones de aplicar el uso progresivo de la fuerza, serían dos de las causas por las que no se intervino de forma inmediata en los centros carcelarios del país.
Los violentos motines que dejaron esta semana 79 muertos en cuatro cárceles del país, evidenciaron la ausencia del Estado en el sistema penitenciario. Pero no solo eso, sino también la corrupción desatada dentro de los centros y la falta de coordinación entre los guías penitenciarios que son los celadores de las llaves de las cárceles y la Policía Nacional. Kléber Carrión, oficial superior retirado de la Policía, enfatiza que esta es una de las razones por las que los servidores policiales no ingresaron inmediatamente para controlar los enfrentamientos.
Carrión explica que otra de las razones por las que los efectivos policiales no actuaron de forma inmediata se debe a las implicaciones del uso progresivo de la fuerza, pues en anteriores ocasiones varios policías ya han sido sentenciados por actuar en escenarios hostiles, aspecto que resulta contradictorio, pues su intención es frenar incidentes que puedan causar mayores desmanes. Sin embargo, por hacer su trabajo se les sentencia y en parte eso frena su acciòn.
Sin embargo, los amotinamientos coordinados en las cuatro cárceles del país revelaron también la fluida comunicación de los presos que cuentan con dispositivos electrónicos y el ingreso de armas y herramientas peligrosas. Si bien es cierto eso no debería suceder, pero sucede, y conlleva a realizar un profundo cambio en el sistema carcelario empezando por un control a los guías penitenciarios.
Los enfrentamientos entre bandas rivales por el liderazgo en las cárceles habría sido, según la versión oficial, el origen de la masacre en los 4 centros carcelarios, donde habita el 70% de la población penitenciaria del país.