Desde temprano, decenas de personas acudieron a sufragar a sus recintos electorales destinados. En los exteriores de la Unidad Educativa Hortensia Vásquez se respetó el distanciamiento social. Ya en la parte interna, las personas avanzaban una por una para sufragar.
Pese al temor por la pandemia existente, las personas acudieron a ejercer su derecho al voto con alcohol en mano y su lapicero. En el interior de las juntas, los votantes, a una distancia prudencial, se bajaban la mascarilla para que el presidente de mesa verificara que se trataba de la misma persona. Una vez cumplido este proceso se entregaban las 4 papeletas, una para presidente y vicepresidente, otra para Asambleístas Nacionales, otra para Asambleístas provinciales y la última para Parlamentarios Andinos.
Pese a que el voto para los adultos mayores y las personas con discapacidad era opcional, varios acudieron a sufragar, pues sentían que era su derecho democrático poder contribuir con su voto.
En la capilla Virgen del Cisne de la cooperativa Cristo Vive también se habilitaron varias Juntas Receptoras del Voto, pero hubo inconformidad porque había mucha gente en los exteriores y las filas adentro avanzaban lentas. La gente no respetó el distanciamiento social y muchos no usaban las mascarillas adecuadamente. La jornada estuvo vigilada por observadores de los partidos políticos asignados y las Fuerzas Armadas quienes ponían el orden respectivo en el interior de los recintos electorales.